Las cooperativas de ahorro y crédito tienen una presencia activa en todo el país y cumplen un papel clave en la vida económica de miles de familias. En muchas comunidades, especialmente en zonas donde el acceso al crédito tradicional es limitado, estas entidades representan la puerta de entrada al financiamiento. Conocen a sus socios, entienden las dinámicas locales y acompañan proyectos que nacen del esfuerzo cotidiano: desde la construcción de una vivienda hasta el impulso de un pequeño negocio.
En reconocimiento a ese rol, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) canalizó más de USD 88 millones entre 2022 y 2025 a través de cooperativas de ahorro y crédito, con el objetivo de fortalecer la inclusión financiera y facilitar el acceso al crédito en condiciones adaptadas a las realidades locales. Esta inversión permitió acompañar a más de 7.800 personas y empresas en todo el territorio nacional, contribuyendo a la creación y sostenimiento de más de 47.000 empleos, e impulsando iniciativas y proyectos que mejoran la calidad de vida en comunidades tanto urbanas como rurales.
Desde 2022, la AFD ha impulsado una estrategia activa de expansión y fortalecimiento de su red de aliados en el sector cooperativo. En ese momento, el trabajo conjunto se realizaba con 11 cooperativas de ahorro y crédito. A lo largo de estos tres años, esa red se ha ampliado de forma sostenida, alcanzando actualmente a 26 cooperativas en todo el país. Este avance no se limita a una cuestión de cantidad, implica una mayor cobertura territorial y una capacidad ampliada para llegar a sectores históricamente excluidos del crédito formal, y una respuesta más diversa a las necesidades económicas de la población.
Aunque históricamente el crédito cooperativo financiado con recursos de la banca estuvo orientado casi exclusivamente a soluciones habitacionales —con una concentración del 90% de su cartera en el sector vivienda—, este perfil ha cambiado de manera significativa en los últimos años, avanzando hacia una mayor diversificación de los sectores económicos financiados. Actualmente, además de viviendas, las cooperativas que acceden a estos recursos también financian emprendimientos familiares, micro y pequeñas empresas (MiPymes), actividades comerciales, de servicios y proyectos de gran envergadura.
“Creemos en un desarrollo que tenga rostro, que se construya a partir de las capacidades de la gente. Las cooperativas están en el corazón de esa visión: conocen a quienes producen, a quienes sueñan, a quienes necesitan una oportunidad para crecer. Por eso, acompañarlas es acompañar al país que queremos construir”, expresó la presidenta de la AFD, Stella Guillén.
En el marco del Año Internacional de las Cooperativas, la AFD consolida su visión como banca de desarrollo al servicio del país, reconociendo al sector cooperativo como un aliado clave para ampliar el acceso al financiamiento, dinamizar las economías locales y generar oportunidades sostenibles. Esta alianza representa una herramienta concreta para transformar el crédito en desarrollo y acercar soluciones reales a quienes construyen el futuro desde sus comunidades.