La Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) cerró octubre con un desempeño sólido en su rol como banca de desarrollo, aprobando operaciones por USD 334,7 millones, un monto que supera ampliamente el promedio histórico y que representa un incremento del 55% en volumen respecto a las aprobaciones del año anterior. A través de sus líneas de créditos, más de 13.200 personas, familias y empresas accedieron a financiamiento, evidenciando un crecimiento del 87% frente al mismo periodo de 2024.
Este aumento estuvo impulsado por la mayor demanda de recursos para proyectos productivos y vivienda, dos segmentos que siguen siendo motores clave de la economía nacional. El impacto económico se refleja en la generación y sostenimiento de más de 98.000 empleos, tanto directos como indirectos, según estimaciones remitidas por las entidades financieras. Los sectores con mayor generación de empleos fueron: comercial y servicios, con 40.429 puestos de trabajo, vivienda con 40.327 y el sector forestal con 13.255, lo que evidencia la diversidad del alcance del financiamiento y su efecto directo en la economía real.
En cuanto al destino de los recursos, la tendencia es clara: el 60% se orientó a proyectos de inversión, equivalente a USD 199,2 millones, mientras que el 40% restante se destinó a vivienda, con USD 135,5 millones. Este cambio confirma una mayor apuesta por iniciativas productivas, seguido de las viviendas, que fueron el principal destino en años anteriores. Octubre, además, se posicionó como uno de los meses más dinámicos del año, con USD 36,8 millones en aprobaciones.
La colocación de los recursos fue posible mediante la intermediación de bancos, cooperativas y financieras, y que fue distribuido de la siguiente manera: los bancos concentraron el 84% del total aprobado, las cooperativas el 12% y las financieras el 4%, lo que muestra la relevancia de la banca tradicional en la canalización de recursos y la participación de otros intermediarios en la expansión del crédito.
El año también estuvo marcado por la innovación, con la ampliación de la línea de crédito verde enfocada en eficiencia energética, incorporando nuevos destinos elegibles y condiciones más competitivas. Esta evolución refleja el compromiso de atender necesidades emergentes y promover inversiones sostenibles. Entre las iniciativas financiadas se destacan proyectos que impulsan la electromovilidad, como la sustitución gradual de flotas tradicionales por buses eléctricos, y acciones orientadas a la economía circular, que transforman residuos en insumos útiles para la industria, contribuyendo a reducir el impacto ambiental y generar valor agregado.
Este balance confirma cómo la banca de desarrollo se consolidó como un actor clave para dinamizar la economía, no solo por el aumento en beneficiarios y recursos, sino por la capacidad de orientar el crédito hacia sectores que generan empleo y promueven inversiones sostenibles. Con esta tendencia, la AFD se encamina a cerrar el año con cifras que superarán ampliamente los registros históricos, anticipando un mayor protagonismo en el financiamiento de proyectos productivos, vivienda y en la transformación hacia modelos económicos más responsables y competitivos.